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Gluten: Origen y Metabolismo en las Personas Autistas

Gluten: presente desde tiempos milenarios en la mesa del ser humano, especialmente como harina de trigo.

Paso de alimento de primera necesidad, a un villano que causa trastornos neurológicos, especialmente autismo y otros desordenes cerebrales.


Existen diferentes testimonios sobre la mejoría de personas autistas, con el simple hecho de quitar el gluten de la alimentación.

Al mismo tiempo, no se encuentra en la literatura científica datos concretos que prueben que el gluten presente en los alimentos tenga una relación directa con los casos de autismo.

¿Qué es el gluten?

Etimológicamente proviene de la palabra latina gluten que significa “cola o pegamento”.

En la naturaleza está presente en la semilla de cultivos como el trigo, zenteno, cebada y triticale, más no está en la avena tampoco en el arroz.

La semilla del trigo presenta, cascara, embrión y endospermo, este último está compuesto principalmente por almidón, proteína y lípidos.

A su vez, los componentes de las proteínas son; albumina, globulina, gliadina y glutenina, la mescla de las dos últimas es lo que se denomina gluten y tiene por función mantener unidas todas las partículas de almidón.

Cuando preparamos la masa para el pan, estamos mesclando la gliadina y glutenina y a la vez formando el gluten.

En nuestra vida diaria, apreciamos eso, en la plasticidad de la masa para preparar los panes, pizzas, macarrones y tortas.

Autismo una breve historia

Se presume que el autismo existe desde el inicio de nuestra raza, simplemente, la describimos y le dimos un nombre.

Esta enfermedad mental fue descrita por Leo Kanner en 1943, en el Hospital Estatal de Yanckton en los Estados Unidos.

La característica principal del autismo, descrita por Kanner en sus 11 pacientes, era la dificultad para relacionarse con otras personas.

Paralelamente a el otro médico de la misma nacionalidad, el doctor austriaco Hans Asperger, en 1944, también examino niños que no interactuaban con los demás, tenían problemas de comunicación más tenían habilidades excepcionales en ciertas áreas como las matemáticas. Esto llamo su atención y uso el termino autismo para describirlas.

Actualmente se considera al autismo como un conjunto de enfermedades, siendo que el síndrome de Asperger es uno de ellos.

Precisamente la primera observación en la historia médica sobre la posible relación del autismo con el metabolismo de las proteínas [gluten] proviene de Hans Asperger.

El afirmo en 1961 que creía que existía una posible relación entre la enfermedad celíaca y el autismo.

Autismo y alteraciones del aparato digestivo

La primera evidencia de la relación entre disfunciones del aparato digestivo y autismo fue descrita en 1971 por Goodwin.

Este científico identifico en un grupo de niños autistas un cuadro clínico de mala absorción intestinal.

Después de aquella observación, las investigaciones de tracto digestivo de pacientes autistas identificaron las siguientes alteraciones:

  • Baja concentración de alfa-1antitripsina,
  • Elevada excreción fecal de calprotectina,
  • Deficiencia de enzimas proteolíticas,
  • Permeabilidad intestinal anormal y
  • Deficiencia de enzimas fenolsulfotransferase

Por otro lado, el Dr. Redel afirma, que, a pesar de las evidencias, la heterogeneidad de las condiciones relacionadas al tracto digestivo y la ausencia de un cuadro especifico no permiten hasta momento decir categóricamente que hay relación entre los trastornos digestivos y el autismo.

La elevada prevalencia de síntomas gastrointestinales en la población autista es la que permite esa asociación.

Gluten y las alteraciones del metabolismo de proteinas

En 1961 el psiquiatra Hans Asperger, observo por vez primera, una posible relación de la enfermedad celiaca y el autismo.

Diferentes estudios posteriores identificaron en la orina y diversos fluidos del cuerpo de pacientes autistas, elevadas concentraciones de peptídeos, aminoácidos y sustancias derivadas de la digestión de las proteínas como el gluten.

Después de esos resultados, surgieron teorías, intentando explicar una posible relación entre las proteínas de los alimentos y el autismo.

Siendo la teoría del Exceso de Peptídeos Opioides la más difundida por pediatras y padres de niños autistas.

Al respecto el doctor Josep Artigas, del hospital de Sabadell, Barcelona, España menciona que el razonamiento que vincula el autismo a la inflamación intestinal se sustenta en una teórica absorción excesiva de neuropéptidos tóxicos con acción opiácea que podían alterar las funciones cerebrales en un estadio precoz del desarrollo.

Sumado a esto la posible implicación de la intolerancia al gluten y la caseína como factores relacionados con problemas malabsortivos.

Adicionalmente, se implicaba la posible transformación de algunas proteínas del gluten y la caseína, en moléculas con acción opiácea.

Por tanto, los alimentos con contenido de trigo y productos lácteos [pizzas, helados, bollería, yogures, bocadillos, etc.] tendrían un efecto nocivo intrínseco, y, en mayor medida, si existiese un problema intestinal malabsortivo.

¿Cuales son los peptideos opioides derivados del trigo?

El 80% de las proteínas del trigo es gluten y se forma por la combinación de las gliadinas y gluteninas.

En los estudios de Fukudome y Yoshikawa de 1992, fueron identificados cuatro peptídeos opiodes productos de la digestión del gluten, estos fueron denominados como exorfinas del gluten y son A5, A4, B5 y B4.

Las exorfinas derivadas del gluten son formadas a partir de las hidrolisis enzimáticas durante la digestión en el intestino.

Cuando la permeabilidad esta aumentada ellas poseen la capacidad de atravesar la pared intestinal, entrar en la corriente sanguínea, penetrar el sistema nervioso central y actuar como substancia opioide.

Entonces estos peptideos opioides derivados del gluten, mas aquellos peptideos opioides generados por el propio cuerpo causan un exceso de estas sustancias en los receptores del cerebro, lo cual derivaría en la aparición de síntomas característicos del trastorno autista.

Teoria del exceso de peptideos opioides y el autismo

Las primeras evidencias de que el exceso de opioides podría mudar el comportamiento de personas autistas fueron descritas por Panksepp en 1978.

En su primer trabajo, utilizando animales de laboratorio, concluyo que el exceso de casomorfinas induce al comportamiento de apatía y aislamiento social.

En investigaciones posteriores observo que animales jóvenes, expuestos a drogas opioides, desenvolvieron comportamientos semejantes a los observados en niños autistas.

Otro científico Dohan en 1980, fue el primero en levantar la hipótesis de que peptideos opioides derivados del trigo y de la leche estarían asociados a etiologías de esquizofrenia.

Posteriormente grupos de investigadores identificaron similitudes entre el comportamiento de autistas y esquizofrénicos.

Está claro que diferentes estudios científicos experimentales consiguieron evidenciar la acción de los peptídeos opioides sobre el sistema nervioso central de autistas, mas hasta el presente no se conseguido entender como es el mecanismo de acción de estas sustancias.

Un análisis de las diferentes investigaciones permite llegar a la conclusión de que la permeabilidad intestinal, reducción de proteasas y alteraciones a la respuesta inmunologica estén por detrás de estas manifestaciones clínicas.

Aumento de la permeabilidad intestinal

El aumento de la permeabilidad intestinal permite el paso través de los intestinos para la corriente sanguínea de compuestos que pueden ser perjudiciales al sistema nervioso central como las toxinas de bacterias presentes en la flora intestinal y sustancias que tienen afinidad por receptores del sistema nervioso central.

En palabras de los Drs. Christison; Ivany  [2003] las anormalidades del tracto digestivo de autistas frecuentemente descritas como: procesos inflamatorios del intestino, elevada colonización de bacterias del genero Clostridium, sensibilidad a alimentos y defectos en el mecanismo de sulfatación contribuyen para el aumento de la permeabilidad de la mucosa intestinal.

Algunos científicos como White [2003] creen que la elevada permeabilidad de la pared intestinal de autistas sea una condición propia del trastorno y que no está relacionado a las disfunciones del tracto digestivo.

En 1996 el Dr. D’ Eufemia y su equipo aplicaron un test de permeabilidad intestinal en 21 pacientes autistas con edad entre 4 y 16 años los cuales no presentaban disfunciones en el tracto digestivo y fueron comparados con un grupo de 40 niños saludables de la misma faja etaria.

Ellos llegaron a la conclusión que los niños autistas presentaban mayor permeabilidad intestinal en relación a los niños normales.

Concluyendo así, que el aumento de la permeabilidad intestinal no está relacionada a alteraciones en el tracto digestivo.

Consideraciones finales

En relación a los problemas intestinales de los autistas, se piensa que sucede, principalmente, debido a los malos hábitos alimenticios.

Estos hábitos son caracterizados por la selección estricta de un grupo de alimentos, rechazo de los mismos si son preparados de una forma diferente y malos hábitos durante la alimentación como; poca masticación, bocados exagerados, etc.

Por otro LISA S. LEWIS, PhD. Es madre de un niño con autismo y vive en Pennington, New Jersey. Recibió su PhD. de la Universidad de Nueva York en Antropología Biológica.

Es autora de un libro práctico altamente aclamado sobre la preparación de alimentos para niños con autismo. El libro se llama “Special Diets for Special Kids” y éste no solo explica la necesidad de tales dietas o cómo ponerlas en práctica, sino que incluye más de 150 recetas deliciosas.

Tanbiem existe otro libro llamado Cien deliciosas recetas para niños autistas, escrita por Alejandra Gonzales, producto de su propia experiencia con su niño con TEA.

Para concluir, queridos padres, existen muchos testimonios alrededor del mundo de personas autistas que tuvieron mejoras sustanciales al consumir alimentos libres de gluten y en nuestros casos solo lo sabremos implementándolo.

Finalmente, mi buen amigo, por favor no olvides compartir este artículo en tus círculos sociales,

Referencias

Artigas-Pallarés J. Autismo y vacunas: ¿punto final? Rev Neurol 2010; 50 (Supl 3): S91-9.

Nádia Isaac da Silva. Relação entre hábito alimentar e síndrome do espectro autista. 2011

Componentes del Gluten. Accesada en 07/05/2017.

Lisa S. Lewis Ph D. Empezando la Dieta Libre de Gluten y Caseína. Accesada en 07/05/2017

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