Es un criterio unánime en el mundo científico que los primeros 6 años de vida del ser humano, independiente de la raza o sexo, son los que moldaran en gran manera el futuro de las personas.
Esto significa que aquellas ventanas de oportunidades y riesgos se presentaran en la primera infancia, desde la gestación hasta los seis años.
Pues, es en esta fase que el cerebro de los pequeños está en plena formación. Es aquí donde aquellas experiencias positivas o negativas marcaran el comportamiento de nuestros pequeños para el resto de sus días.
Por ejemplo, si en esta fase surge algún problema como el autismo, una intervención oportuna, ayudaría en gran manera a remediar ese problema. Ya que el cerebro está en formación y con las terapias adecuadas se puede revertir en gran parte el daño causado por el TEA.
Pero ¿Qué es la primera infancia?
Sobre este tópico la Dra. Lu Brites de la clínica Neurosaber, indica que los seres humanos tenemos un desarrollo biológico universal, etapas en nuestro desarrollo que tienen que ser cumplidas.
Por ejemplo, ella firma lo siguiente en relación al habla:
- Un niño con un año de edad tiene que estar hablando mínimo 4 palabras
- Con un año y medio, tiene que estar hablando algunas frases
- Finalmente, con cuatro a cuatro años y medio, nuestro pequeño debería estar hablando todo y sin errores en el habla.
Si esto no ocurre, tenemos que investigar las causas, ya que también en estos primeros años de vida los trastornos neurológicos como el autismo son fácilmente detectables.
Por otro lado, es en la primera infancia que el 90% del cerebro se desarrolla, entonces detectar un problema neurológico temprano, ayuda en gran manera a poder combatirlo con las terapias adecuadas.
¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista (TEA)?
El autismo o TEA es un trastorno del neurodesarrollo que afecta principalmente las áreas de comunicación social, la cognición y el comportamiento.
De acuerdo con el Manual Diagnostico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) el autismo se define por dos características:
- Dificultades persistentes en la comunicación e interacción en todos sus contextos
- Padrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades que perjudican su desenvolvimiento social.
Este trastorno varía en severidad, afectando desde habilidades de interacción social hasta comportamientos repetitivos e intereses restringidos.
La identificación temprana es esencial porque, entre los 0 y los 6 años, el 90% de la estructura cerebral se forma, haciendo que esta etapa sea ideal para intervenciones que puedan minimizar los retrasos en el desarrollo.
Por qué el diagnostico no debe «esperar mas un poquito»
De acuerdo a lo explicado anteriormente, todos tenemos un desarrollo biológico definido sea en el ámbito emocional, social o de movimiento. Todo esto principalmente en el lapso que comprende la primera infancia.
Esa es la razón de que cualquier retraso en algunas de estas áreas, con ayuda médica especializada fácilmente puede ser revertida.
Por otro lado, los síntomas de diferentes trastornos neurológicos como el autismo, también son fácilmente detectables en esta etapa.
Esas son las razones del porque se debe buscar un diagnóstico temprano y no “esperar un poco más”
Así, el diagnóstico temprano nos trae beneficios como:
Neuroplasticidad: Durante los primeros años de vida, el cerebro es altamente adaptable y receptivo a estímulos, lo que permite compensar retrasos con mayor efectividad.
Evitar la pérdida de habilidades clave: Sin detección temprana, los niños pueden perder etapas importantes del desarrollo, como habilidades motoras, de comunicación e interacción social.
Impacto en el futuro: Identificar y estimular precozmente mejora significativamente la calidad de vida y la independencia del niño a largo plazo.
Síntomas del TEA en la primera infancia
Como ya sabemos, en los primeros 6 años nuestros pequeños tienen un desarrollo biológico universalmente programado, independiente de la raza o sexo.
Del otro lado, es también en esta fase que las señales de trastornos como el autismo son también visibles.
Los síntomas listados abajo pueden ayudarnos a identificar algunas señales del autismo y así recurrir a algún médico especializado inmediatamente.
1.- Poco o Nulo Contacto Visual
Los bebés que evitan mirar a los ojos pueden estar mostrando uno de los primeros signos del TEA.
2.- Ausencia de Balbuceo
La falta de sonidos como «ba-ba» o «da-da», que normalmente aparecen antes de los 12 meses, es una señal relevante.
3.- Indiferencia al Contacto Físico
Niños que no muestran preferencia por ser cargados por sus padres o cuidadores podrían estar indicando dificultades en la interacción social.
4.- Juegos Repetitivos
En lugar de jugar simbólicamente (como simular que cocina), muchos niños con TEA alinean juguetes o los organizan por colores o tamaños.
5.- Retrasos en el Desarrollo del Lenguaje
Niños que no pronuncian palabras simples a los 12 meses o que no forman frases sencillas a los 24 meses deben ser evaluados.
6.- Falta de Atención Compartida
La atención compartida, como mirar en la dirección que señala un adulto, suele desarrollarse entre los 8 y 10 meses. Su ausencia es un signo temprano.
7.- Autoagresión o Agresión
A menudo, los comportamientos agresivos son formas en las que el niño intenta comunicar frustraciones o molestias.
Un dato interesante es que los problemas de comportamiento frecuentemente reflejan dificultades en la comunicación.
Por ejemplo, un niño que no puede expresar sus necesidades puede mostrar frustración a través de berrinches o agresividad. Por ello, estimular habilidades comunicativas es esencial para reducir comportamientos desafiantes.
¿Cómo pueden ayudar los padres y educadores?
Muchas veces, los propios padres del niño y los profesores son los primeros en percibir cambios en el comportamiento de los niños, ya sea en casa o en la escuela.
Razón por la cual es de extrema importancia que nosotros los padres así como los profesores estemos siempre actualizados en aspectos como:
Conocer el Desarrollo Típico: Entender las etapas universales del desarrollo es el primer paso para identificar retrasos.
Registrar Observaciones: Videos del comportamiento del niño pueden ayudar a médicos y terapeutas a comprender mejor sus dificultades.Estimular la
Comunicación y la Interacción Social: Desde una edad temprana, fomente juegos que promuevan la interacción con otros niños y adultos.
Buscar Apoyo Profesional: Si detecta señales de retraso, consulte a un pediatra, psicólogo o neuropediatra para una evaluación detallada.
El rol del pediatra en la primera infancia
Por lo común, el pediatra suele ser el primer profesional en observar señales de alerta. Por lo tanto, es crucial que:
- Investigue el historial de desarrollo del niño.
- Escuche atentamente las preocupaciones de los padres.
- Derive a especialistas cuando sea necesario.
- Rastree casos en la familia, dado que el TEA tiene un fuerte componente genético.
Conclusión
La primera infancia es una ventana de oportunidades para el desarrollo humano. Identificar los signos del TEA en esta etapa puede transformar la trayectoria de un niño, ofreciéndole mayor autonomía y calidad de vida en el futuro.
Para padres y educadores, el conocimiento y la vigilancia son las herramientas más poderosas para garantizar que ningún niño quede atrás.
Si usted es padre, madre, maestro o cuidador, recuerde: el tiempo es crucial. No dude en buscar ayuda profesional si detecta señales de retraso en el desarrollo.
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Referencias
The Importance of Early Identification and Intervention for Children with Autism Spectrum Disorders – Dawson, G.
Social Communication and Language in Autism Spectrum Disorder – Tager-Flusberg, H.
Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
www.cdc.gov/ncbddd/autism
Uniquely Human: A Different Way of Seeing Autism – Barry M. Prizant